La llegada de la Cuaresma, en el contexto de la Misión Madrid, pone ante nuestros ojos una dimensión fundamental de la fe y de la nueva evangelización. No podemos compartir la fe, ofrecer la fe, llamar a la fe, sin empezar por cuestionar la calidad de nuestra propia fe, sin comenzar por un renovado proceso de conversión a la fe, en todas sus dimensiones: la fe creída, la fe celebrada, la fe ofrecida, y sobre todo, la fe vivida.
De los tres signos fundamentales de este proceso penitencial, renovador, que es la Cuaresma, ‒ oración, ayuno y limosna ‒, el presente cuaderno pretende servir de ayuda al primero. La conversión, en efecto no puede brotar de un mero análisis de nuestra situación, ni de la comparación compungida de quiénes somos y cómo vivimos, con un ideal, por más bello e inspirador que éste resulte. La conversión parte siempre del amor de Dios, que nos dirige su Palabra, que nos llama: “Ven y sígueme”. Es en la escucha de esta Palabra de Dios encarnada, que es Cristo, donde se liberan en el hombre sus mejores capacidades, y se hace así posible un verdadero y profundo cambio. Por eso, cultivar la oración, y una oración centrada en la contemplación de Cristo a partir de la lectura y meditación del texto bíblico, es el principio y el alimento de este proceso de cambio que queremos emprender en Cuaresma, y es el presupuesto básico de la nueva evangelización. En la oración iremos encontrando no sólo la luz para saber de qué necesitamos ayunar, qué sobra y estorba en nuestra vida, qué obstaculiza nuestra relación con el Señor, sino también las fuerzas para afrontar esas renuncias, llenos de esperanza y de verdadero amor a Dios. En la oración crecerá nuestro deseo de compartir cuanto somos y tenemos, desde lo más material y primario, a los dones más preciados, y en especial ese don sagrado que es nuestra propia fe.
Podéis ver y bajaros el documento visitando el siguiente enlace:
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