Jesús Bastante, 05 de julio de 2013 a las 12:00
Es la primera encíclica de Francisco, pero sobre todo es la última de Benedicto XVI. "Lumen Fidei" (La Luz de la Fe), que se presenta en estos momentos en Roma, es la primera escrita a cuatro manos... pero menos.
Y es que la autoría intelectual del texto es claramente del Papa emérito, tal y como reconoce Francisco en su introducción: (Benedicto XVI) ya había completado prácticamente una primera redacción de esta Carta encíclica sobre la fe. Se lo agradezco de corazón y, en la fraternidad de Cristo, asumo su precioso trabajo, añadiendo al texto algunas aportaciones. La mano del nuevo Papa sí se nota en el texto introductorio y al final, cuando vincula la fe con la esperanza y, especialmente, con la caridad y la construcción de un mundo más justo en mitad del sufrimiento.
Estructura del documento
A lo largo de casi noventa páginas, y a través de cuatro capítulos, la encíclica recupera algunos de los temas clásicos de Ratzinger -que ya abordara en documentos como la Dominus Iesus-, acerca de la unidad de la fe, la salvación, los derechos y deberes de la teología y la primacía de la Iglesia como antídoto frente al relativismo de la cultura actual.
Así, el texto hace un repaso por la historia de la fe, desde Abrahán a nuestros días, y algunos de los debates que a lo largo de los siglos han cuestionado la misión de la Iglesia, como la salvación por la fe o su eclesialidad.
El segundo capítulo está dedicado a las relaciones de la fe con la verdad, el amor, el diálogo con la ciencia y la sociedad, la búsqueda de Dios y la teología.
El tercer capítulo se basa en la legitimidad de la institución eclesial como base de la unidad de la fe, así como la importancia de los sacramentos y la sucesión apostólica como depositarios de la verdad de los creyentes. La unidad de la fe frente a distintas ideologías es una de las bases del documento.
Finalmente, el cuarto capítulo vincula la fe con la esperanza y la caridad, y analiza las relaciones de esta virtud con la familia, la sociedad, el bien común y el orden político. El texto concluye con una invocación a la Virgen María, también surgida de la mano de Francisco.
Una buena tarea para el próximo curso. Me interesaría mucho leerla y analizarla en grupo.
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