Miércoles I 4 Diciembre
- Is 25, 6-10 “Preparará el Señor un festín”
- Mt.15,29-37: "Me da lástima de la gente”
Meditación:
En su carta encíclica "Salvados en esperanza", el papa Benedicto XVI recuerda unas hermosas palabras de San Bernardo: "Dios no padece, pero se compadece". Jesús es la revelación última y definitiva de la compasión de Dios. Nosotros no podemos obrar de otra forma. No podemos despedir a las gentes sin un gesto de misericordia. SÍ no hemos aprendido a compadecernos del hambre de nuestros hermanos es que no hemos prestado una atención sincera y responsable a la vida y al mensaje de Jesucristo.
Contemplación:
Demos gracias a Dios, muy sinceramente, porque la Iglesia ha escuchado la voz de Jesús y, a lo largo de los siglos, se ha acercado a los que sufren. Veamos en ella la imagen de la misericordia de nuestro Dios.
Acción:
El papa Francisco nos pide repetidamente que nos acerquemos a las "periferias existenciales" de la humanidad y Recientemente ha escrito en la Evangelii Gaudium: Cualquier comunidad de la Iglesia, en la medida en que pretenda subsistir tranquila sin ocuparse creativamente y cooperar con eficiencia para que los pobres vivan con dignidad y para incluir a todos, [...] correrá el riesgo de la disolución, aunque hable de temas sociales o critique a los gobiernos. Fácilmente terminará sumida en la mundanidad espiritual, disimulada con prácticas religiosas, con reuniones infecundas o con discursos vacíos (207). La esperanza del Adviento nos lleva hoy a compartir nuestro pan con el hambriento. Y nuestra fe con los que buscan un sentido para sus vidas.
PARA USO PRIVADO DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL DE CRISTO SALVADOR.
Los textos de esta sección están inspirados y tomados, intentando respetar los derechos de autor y propiedad de: José-Román Flecha Andrés, Lectio Divina para tiempos fuertes. Adviento: La alegría de la espera, Publicaciones Claretianas, Madrid 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario