Viernes I 6 Diciembre
- Is 29,17-24; "Sin tinieblas ni oscuridad verán los ojos de los ciegos”
- Mt. 9,27-32; "Ten compasión de nosotros, Hijo de David"
Meditación:
Muchos de nosotros caminamos como a tientas. No logramos superar las tinieblas y la oscuridad de que hablaba Isaías. Es como si para nosotros no hubieran llegado los tiempos mesiánicos. No nos decidimos a seguir a Jesús. Nos avergonzamos de creer en él y no nos atrevemos a invocarlo en público. Y, sin embargo, sólo él puede dar a nuestros ojos la claridad para ver este mundo con unos ojos nuevos. Es hora de preguntarnos cómo es nuestra fe. Porque la fe en Jesús es el requisito necesario para alcanzar la salvación.
Contemplación:
Hoy podemos repetir lentamente la petición de los ciegos: "Ten compasión de nosotros". Y hacer silencio en nuestro corazón para escuchar su palabra: "Hágase conforme a la fe que tenéis". Estamos muy acostumbrados a leer las frases en las que Jesús vincula la curación de los enfermos a la fe que ellos demuestran. Lo mismo ocurre con el perdón de los pecados. Estamos demasiado acostumbrados. Tenemos que detenernos a contemplar a Jesús, como él nos contempla a nosotros. Él conoce nuestra fe. No podemos mentirle ni tratar de mentirnos a nosotros mismos.
Acción:
Seguramente podemos abrir nuestro corazón a alguna persona para hablar con humildad sobre la forma como entendemos la necesidad de seguir a Jesucristo, confiar en él y anunciar su evangelio.
PARA USO PRIVADO DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL DE CRISTO SALVADOR.
Los textos de esta sección están inspirados y tomados, intentando respetar los derechos de autor y propiedad de: José-Román Flecha Andrés, Lectio Divina para tiempos fuertes. Adviento: La alegría de la espera, Publicaciones Claretianas, Madrid 2013.
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