lunes, 3 de febrero de 2014

Reivindicación cristiana de la sostenibilidad



Se ha anunciado que el Papa está preparando una encíclica sobre la ecología y el medio ambiente. Ojalá y sirva para impulsar un desarrollo sostenible.

La idea de sostenibilidad no solamente no es ajena a mi concepción creyente de la vida y a mi comportamiento social sino que no puedo entender el ser miembro activo de la sociedad sin hacer míos los principios que la sustentan.

La historia del hombre está repleta de muchas y diversas esperanzas, sin las cuales no habría sido posible el desarrollo de la humanidad. Muchas de esas esperanzas se han hecho realidad y se han plasmado en grandes conquistas sociales. Pero en torno a esas esperanzas ha habido, también, muchas frustraciones y desencantos que han dejado un importante vacío existencial.

En nuestro mundo Occidental – el industrializado, el rico- hemos asociado la idea de “progreso” a la potenciación del desarrollo científico técnico; a la identificación del consumo con el bienestar al margen de consideraciones éticas. Se trata de un modelo “desarrollista” caracterizado por producir más, consumir más y aceptar que más es siempre mejor.

Pero la verdad es que el progreso es ambiguo, tiene sus limitaciones y está cargado de contradicciones.

En una mirada retrospectiva vemos que aquel progreso que iba a ser la salvación mundial no es tan mundial. Que la sociedad más justa con la que soñábamos ha derivado en una sociedad más dividida y más desigual.

Porque aquel progreso no solo no mitiga las diferencias sociales sino que las agudiza y el crecimiento económico de los países del Norte no está dando lugar al desarrollo de los países del Sur, sino que las diferencias se agrandan.

¿Qué hacer como cristianos para impulsar un mundo más sostenible?

Alejandro Córdoba

No hay comentarios:

Publicar un comentario