sábado, 3 de noviembre de 2012

Buscando la esencia (Meditaciones sobre el Evangelio)


Buscando la esencia


¡Escucha!

El Evangelio de Marcos (12, 28-34) que proclamaremos el domingo 4 de noviembre recoge sintéticamente lo esencial sobre nuestra vida: amarse a uno mismo, al prójimo y a Dios es una sola e idéntica perspectiva.

El mandamiento del amor a Dios y al prójimo, tal como la tradición del Antiguo Testamento lo trasmite, comienza con un imperativo que tiene más que ver con la experiencia sentida que con la obediencia ciega, ¡Escucha!: a tu cuerpo y a tu corazón, lo que te entusiasma, la propia historia, el murmullo del interior que aspira a lo único, la llamada del Espíritu... ¡El amor es tu motor interior!

Cuando un niño se coloca una caracola en el oído, el adulto suele preguntarle: ¿oyes el mar? Y el niño cree estar oyéndolo, cuando lo único que escucha es el murmullo de su propio corazón. Y, sin embargo, es el niño el que tiene razón. Porque el rumor de su corazón es el murmullo de lo Absoluto.

O de otra manera más gráfica para meditar en el Evangelio:




(Para seguir bebiendo de la fuente de estos pensamientos: 
J. P. Bagot, Guía de Domingos y Fiestas, PPC, Madrid 1990)

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