lunes, 18 de noviembre de 2013

Crónica de la Asamblea Interparroquial (17-11-13)



El 17 de noviembre celebramos la Asamblea conjunta de las parroquias de San Matías y Cristo Salvador.

A las 16,30 comenzó a llenarse la sala donde nos habían preparado un café (la tarde lluviosa y desapacible lo pedía a gritos) para acoger a los asambleístas, un nutrido grupo de aproximadamente 100 personas de ambas parroquias, dispuestos a acometer una reflexión sobre la comunión como don de Dios y tarea en la comunidad y misión de la comunidad.

El acto comenzó con una oración y continuó con el recuerdo de los pasos dados, hasta ahora, en el camino iniciado hacia el acompañamiento de las dos parroquias por una sola comunidad de Padres Paúles.


Inmediatamente después, se comunicó a los asambleístas los últimos detalles sobre la concreción del proyecto de la Unidad Pastoral que el mismo P. Joaquín González, en reunión tenida el día 5 de noviembre, por la mañana, con las dos comunidades de Paúles de Hortaleza, presentó para que fueran dadas a conocer a las comunidades parroquiales de San Matías y Cristo Salvador: 
  • Ambas parroquias van a pasar a ser acompañadas por una sola comunidad de los Padres Paúles de la Provincia de Madrid compuesta de cinco miembros: un superior y párroco  de ambas parroquias (P. Rosendo Palacios), 3 vicarios parroquiales (P. Teodoro Martín, P. Santiago Barquín y P. José María López) y un colaborador (P. Teófilo Ordónez).
  • La fecha de la constitución de la única comunidad y el comienzo de la andadura de las dos parroquias como Unidad Pastoral será el 25 de enero (sábado y Día de la Conversión de San Pablo y de la fundación de la Congregación de la Misión) o el día 26 de enero (domingo). Está pendiente concretar con le Vicario la fecha para que, en esos días, tome posesión del nuevo párroco de ambas parroquias.
  • De enero a septiembre de 2014 el nuevo equipo tiene la tarea de conocer al máximo la realidad de las dos parroquias mediante la observación y el diálogo entre ellos y con las comunidades parroquiales.


Terminado el tiempo para las informaciones, el P. Felipe expuso unas claves para el trabajo por grupos del documento de reflexión antes de explicar la intención y los límites de las preguntas que iban a contestarse en los grupos:

El contenido del documento se sintetiza en está frase: La comunión es don del Padre en Jesús por el Espíritu (LG 4) y actuada en y por los hombres en la comunidad de seguidores de Jesús, que es la Iglesia (2 Cor 13, 13). Sin embargo, el concepto de comunión es bastante abstracto por lo que conviene apuntar cómo nos podemos enfrentar ante el don, la tarea y la misión para aceptar y actuar la comunión (1):
  • El hombre vive en la prisión de la deuda, sujeta en una civilización que valora todo según la utilidad, de lo que produce, de lo que rinde y da beneficios.
  • En una cultura así planificada el hombre queda reducido e instrumentalizado a los logros: habrá hombres que valgan más que otros porque, desde un cálculo de utilidad, son más provechosos para la sociedad en la que viven: Murió fulano o mengano de tal, que no era un (padre/madre, cristiano, trabajador…) cualquiera.
  • Para romper la prisión de la deuda hay que trasgredir la norma de lo simplemente debido; es decir, la regla que afirma que estamos obligados a dar a cada uno lo que le corresponde, lo que se merece, aquello que se le debe y no más. Desde este pensamiento aprendido a lo más que podemos aspirar es a una ley de mera reciprocidad: tratar al otro como te ha tratado a ti (saludo a quien me saluda, doy a quien me devuelve).
  • El hombre no está hecho para la cárcel de la deuda sino para la libertad del don. La vida humana solo puede llegar a una plena realización cuando se instaura en ella una lógica más grande, incluso excesiva: la lógica de la gratuidad absoluta, una lógica ajena al cálculo como puede ser, para que nos entendamos, algo tan cotidiano como la decisión de traer una nueva vida al mundo, porque por encima de las apariencias, la experiencia del embarazo es un acontecimiento de gratitud pura (parece programado, pero hay abandono absoluto en lo que será el resultado porque no hay manera de saber si hará felices a los padres, si será guapo, inteligente, con valores que aportar al mundo…). Similar es la experiencia de perdón incondicional al que nos ha causado daño; la venganza es siempre el movimiento espontáneo y primero, pero si desea exceder la cárcel de lo debido se abre a un horizonte de desmesura en busca de un horizonte plenamente humano.
  • Si la clave fundamental de la vida radica en el don, y no en la deuda, el ser humano se realiza recibiendo, más que haciendo. O de otro modo, solo puede dar el que previamente ha recibido de forma incondicional. De esta manera, la posibilidad misma de dar, y de darse, se funda en el don previo recibido.
  • Sin embargo, “funcionar” de esta manera es difícil; no hay nada más costoso en esta vida que recibir o acoger. La lógica del exceso no es algo facilón, sino la ruptura con una manera de ser que se encuentra profundamente arraigada en nosotros. 
  • Abrirse al don requiere coraje y humildad para vivir abandonándose al amor, porque en el amor está el exceso mismo hecho acontecimiento. No puedo exigir el amor, ni conquistarlo, ni comprarlo, y sin embargo lo necesito porque solo soy ser humano cuando soy amado, mi humanidad necesita de los otros para llegar a su propia realización, pero para que esto suceda hace falta la existencia de un otro libre que se me entrega amorosamente.
  • Así, se da la paradoja de que lo más necesito para vivir, amar y ser amado, es lo más gratuito, una realidad que me viene dada.
  • La comunión que nos regala el Padre en el Hijo por el Espíritu solo es entendible desde la lógica del exceso y el regalo y hace falta mucha humildad para acogerla.
  • Una distinción necesaria, pero difícil de actualizar sobre lo que nos toca a nosotros hacer ante el regalo, además de aceptarlo incondicionalmente: se tiene que convertir en una tarea en la comunidad (siempre inconclusa, siempre imperfecta…) y en una misión de la comunidad ofreciendo al mundo una nueva forma de organizarnos como humanidad


Para la reflexión del documento sobre la comunión se formaron 10 grupos de aproximadamente 10 personas y acabamos con una puesta en común y el compromiso de los secretarios de enviar las síntesis lo antes posible para presentar a los respectivos Consejos las propuesta que servirán de base para el desarrollo de la futura Unidad Pastoral.
















(1) Los puntos expuestos están inspirados en: J. Serafín Béjar, Cinco razones para creer. Experiencias de la desproporción, Sal Terrae, Santander 2013.

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