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| Buscando la esencia |
Evangelio del Primer Domingo de Adviento
La espera de la venida de Cristo es permanente Sabemos que vendrá como ha venido ya, pero ya desde ahora viene en nosotros si le esperamos. Siempre despiertos, como dice Lucas, en lo más profundo de nuestro corazón. La fe es un Adviento permanente.
Con la condición de que ésta sea una espera atenta. No se trata de un juego de palabras. No hay espera sin atención. La espera es una atención precisa y vigilante. El Señor viene.
Estar despiertos es mantener la actividad y conservar la lucidez diurna. La actividad a la que hace referencia el Evangelio es la oración. Hemos de vivir ante Dios y orientados hacia él. Sólo así seremos capaces de participar activamente en la construcción del mundo nuevo.
Un mundo en el que, al fin, se manifestará el germen de la justicia que vendrá a renovar a una humanidad en la que ya nadie se sentirá excluido.
¿Sabemos descubrirle en los encuentros y en los acontecimientos?
... fui extranjero y me hospedasteis ... enfermo y me visitasteis ... triste y sacasteis lo mejor de mi ... saqué y sacaron la esperanza ante las amenazas que en forma de red se abate sobre nosotros cargada de violencia, guerra, desigualdades económicas, racismos, inseguridad, droga ... Pero a pesar de todo, a través de estas realidades, signo de muerte, el creyente descubre la vida de Cristo que se afianza ... Cristo nos VALIDA ayer, hoy y siempre ... No se trata, pues, de huir ni de dormir, sino de levantar la cabeza y ponerse en pie ... ¿nos atrevemos?
(Las letras de la versión subtitulada entorpecen la plasticidad de la visión de las imágenes. Por eso, para quién guste de lo original, aquí lo tenéis)
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