Sábado I 7 Diciembre
- Is 30,19-21.23-26; "Este es el camino, caminad por el”
- Mt. 9,35-10,1.6-8 “Id y proclamad que el Reino de los cielos está cerca”
Meditación:
Enseñar y curar son las dos tareas de la misión de Jesús. Si ejerce la primera con autoridad, la segunda la lleva a cabo con una sincera compasión. Esas dos cualidades caracterizan a nuestro Maestro y Pastor. También ahora. El Señor conoce nuestra miseria y nuestro cansancio, nuestras carencias y pecados, nuestro abatimiento y nuestra desesperanza. El envío de sus discípulos es el origen de la Iglesia. Y ahí está esa comunidad enviada como signo de esperanza para el mundo, como dijo el Concilio Vaticano II. La Iglesia es "para todo el género humano un germen seguro de unidad, de esperanza y de salvación" (LG9).
Contemplación:
Hagamos silencio en nuestro corazón. Presentemos al Señor nuestras miserias. Lo contemplarnos hoy como el pastor compasivo que se preocupa por sus ovejas. También por las "ovejas descarriadas". Dejemos que resuene en nuestra conciencia el oráculo de Isaías que se escucha en la primera lectura de la misa de este día: "Este es el camino, caminad por él".
Acción:
El mandato de Jesús a sus discípulos es muy concreto: "Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, arrojad demonios". Por muy simbólicos que sean estos encargos, reflejan necesidades muy concretas y exigen de nosotros una respuesta afectiva y efectiva. Hoy podemos preguntarnos quién necesita esa ayuda que hará creíble el anuncio del Reino de Dios.
PARA USO PRIVADO DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL DE CRISTO SALVADOR.
Los textos de esta sección están inspirados y tomados, intentando respetar los derechos de autor y propiedad de: José-Román Flecha Andrés, Lectio Divina para tiempos fuertes. Adviento: La alegría de la espera, Publicaciones Claretianas, Madrid 2013.
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